Todos los aficionados a videojuegos tenemos ese par de títulos que nos podemos jugar casi con los ojos cerrados. Nos los sabemos de arriba a abajo, conocemos casi todos sus secretos y los volvemos a jugar de vez en cuando para desestresarnos o para comprobar que no hemos perdido el toque. Generalmente son de los primeros juegos a los que tenemos oportunidad de jugar y desde entonces les guardamos un cariño muy especial.
Para mí esos juegos son Monkey Island y Sonic the Hedgehog de la Game Gear. La portátil comepilas de Sega fue la primera consola que tuve y marcó mi pasado seguero1, e incluía el juego del erizo azul en la caja.
Corría el año 1991 cuando Sega lanzaba el Sonic the Hedgehog para su consola de sobremesa, la Mega Drive. Venía a retirarle el puesto a Alex Kiddcomo la mascota de la compañía y luchar en carisma con Mario, el rechoncho fontanero de Nintendo. El éxito fue casi instantáneo y medio año más tarde, cumpliendo por estas fechas nada menos que 20 añazos, se lanzó una versión del veloz erizo para sus consolas de 8 bits.
Yo no tenía opción de disfrutar de una consola de sobremesa, eso de ocupar la tele con mis vicios era cosa del pasado, cuando jugaba con mis hermanos al ZX Spectrum. Mis padres no estaban dispuestos a volver a pasar el mismo trauma, por lo que tuve que escoger una consola portátil. Y me decidí, maravillado por los colores de su pantalla, por la Game Gear en lugar de la Game Boy que tenían la mayor parte de mis compañeros de clase.
Junto a la consola venía el juego de Sonic, y como no volvería a ver otro cartucho para la consola en un año2, me lo jugué y rejugué hasta la saciedad. De esta forma poco a poco fui aprendiendo a pasarme cada una de las fases, y con la ayuda de mis hermanos fui dominando lentamente todos aquellos momentos del juego que se me daban especialmente mal. Recuerdo cómo nos turnábamos el manejo de la consola, cambiándonos cada vez que se pasaba una fase o se perdía una vida.
El juego constaba de seis zonas, cada una de ellas dividida en tres actos. Los dos primeros actos consistían en recoger anillos y pasar la fase a toda velocidad. El tercero era un enfrentamiento contra Robotnik3 manejando una máquina. De esta manera iríamos recorriendo, entre otros, las clásicas praderas de Green Hill Zone, la colorida jungla o el laberinto submarino en nuestro camino hacia el enfrentamiento final contra Robotnkik en un dirigible.
Aunque tengo grabadas a fuego en el cerebro todas y cada una de las fases de este juego, recuerdo especialmente algunos pasajes del juego:
Por cosas como estas, y el entretenimiento general del título, me gusta volver de vez en cuando a él, ya sea en las consolas originales o, más frecuentemente, en un emulador. Me acuerdo de vez en cuando de los detalles y breves instantes ya estoy deseando jugarlo otra vez. Por ejemplo, cuando grabamos el primer programa del pozcas, buscando una idea para encabezar el post en el que sería publicado, me acordé de Sonic agarrando un micrófono4 en los títulos de crédito y dado que no fui capaz de encontrar la imagen por ahí adelante, me lo acabé única y exclusivamente para hacer una captura.
A Sonic the Hedgehog de Game Gear, el primer juego que tuve en mi primera consola, le tengo un cariño especial. Si hay alguien ahí afuera que lea esto, ¿tienes un juego especial tú también? ¿Un juego al que vuelvas de vez en cuando y que te encante jugar una y otra vez? En ese caso, por favor, deja un comentario recordándolo o contando alguna anécdota.
Para mi el juego que nunca me canso de jugar , es el Castlevania: Symphony of the Night. Acabado y requete acabado. Pero siempre que puedo lo vuelvo a acabarlo (para mi desgracia en emulador) .
Por que este juego? Porque simple y llanamente es un diez. Divertido a rabiar, un personaje carismático como el solo (Lo siento familia Belmont), y con un diseño de niveles tan bueno que para mi , es uno de mis top 10 de toda la historia de los videojuegos (ahí queda eso) .
Juegazo. Para muchos fue nuestro primer juego estilo metroid. Tengo pendiente rejugarlo en la xbox…